TAUROMAQUIA

La lidia de toros, junto con la carrera de caballos y los naipes, conformaron los pasatiempos preferidos por los conquistadores españoles, quienes una vez instalados en el Nuevo Mundo trataron por todos los medios posibles de reproducir las costumbres propias de su país. De los diversos virreinatos instaurados en América, mejor suerte tuvo en Nueva España (México) y Nueva Castilla (Perú). El virrey Amat y Juniet autorizó la primera plaza oficial de toros, según se dice gracias a la gestión de Micaela Villegas, más conocida como La Perricholi.
Lidiar toros fue una actividad caballeresca durante los siglos XVI y XVII, en que rigió en España y sus dominios la dinastía de los Austria. La situación cambió en el subsiguiente siglo, pues gente de clase baja participaba a cambio de dinero. Esclavo negros y de otras castas llegaron a convertirse en figuras sobresalientes.
Después de España y México, el Perú es el país taurino más importante del mundo. Al año se celebran en nuestro país 550 fiestas taurinas. El ganado que se utiliza para las corridas más importantes es criado en ganaderías peruanas, formado por reses provenientes de España y México, desde 1942. El Perú posee hoy en día 41 ganaderías de raza pura reunida en el Comité Nacional de Criadores de Ganado de Lidia. En el siglo XX, la corrida resurgirá en todo el Perú y sobre todo en los Andes. Hoy en día son más de 500 las fiestas taurinas que se llevan a cabo en el territorio nacional.Plaza de Acho

Dirección: Jr. Hualgayoc 332
Distrito: Rímac
Tel.: 481-1467/ 482-3360
Presidente. Enrique Horna
Lugar para adquisición de entradas: Plaza de Acho.
Costo promedio: S/. 70.00 – 350.00
Horario: L a S de 9.00 a.m. – 6.00 p.m.
Actividades
Enero-Septiembre Actividades Folklóricas
Lugar: Plaza de Acho
Febrero Eventos religiosos
Lugar: Plaza de Acho
Octubre-Diciembre Feria Taurina del Señor de los Milagros
Lugar: Plaza de Acho
DÍA DEL PISCO

Preparada a a base de la uva, el pisco es una bebida alcohólica que se originó en el Perú en el siglo XVI. Según Inca Garcilaso de la Vega, el Marqués Francisco de Caravantes trajo las primeras cepas al Perú, a fin de surtir de vino en las misas para la celebración de actos litúrgicos. Las parras se aclimataron muy bien y tanto Ica como Moquegua se convirtieron en importantes centros de producción de vino y pisco. En 1630 se exportaba a Centroamérica y hacia 1791 se vendía en Valparaíso, Valdivia y Concepción. Siguiendo la ruta de la intendencia de Arequipa, también se comercializaba en el virreinato de Buenos Aires. Entre 1700 y 1800 ya se exportaba a Europa y Norteamérica.
Además de los mencionados, existen otros testimonios fehacientes que acreditan que el pisco es peruano. En su esclarecedor libro “Peruanidad del Pisco”, César Ángeles Caballero sostiene que es la historicidad del término pisco la prueba más contundente para demostrar la peruanidad del pisco. Para el caso se vale de cuatro cauces: el étnico, una casta de alfareros llamados los piskos que fabricaban recipientes en forma de conos, que en el virreinato se utilizaban para guardar y conservar el pisco, elaborado en el valle de Ica; el zoológico, por la existencia de unas aves pequeñas designadas con el vocablo de piskos en la zona actual de Pisco, desde los tiempos anteriores a la cultura Paracas, por tanto se trata de un término quechua; el toponímico, por la designación de Pisco al puerto y ciudad que lleva este nombre; y el industrial, por la denominación de la botija con el nombre de pisco de uva, y por conservarse en tal recipiente recibió el nombre de pisco de aguardiente de uva fabricado en Pisco e Ica.
CEBICHE

La cocina peruana cuenta con una gran variedad de platos, pero posiblemente sea el cebiche el más característico y difundido de todos. Es cierto que se trata de una plato típicamente norteño, sin embargo se encuentra difundido en toda la costa, la sierra y la selva. Por otro lado, el cebiche también se prepara en Ecuador, Costa Rica, México y Panamá, China, Japón y otros, pero en nuestro país la preparación es diferente tanto en la forma como en los ingredientes. La receta es sumamente sencilla: limón, con ají o rocoto y acompañado de choclo y camote dulce. Lo que hace inconfundible nuestro cebiche es la calidad de nuestro pescado (tenemos una gran variedad gracias a la corriente de Humbolt, que enfría las aguas del Pacifico y crea un clima particular), y el exquisito y jugoso limón del Alto Piura.
Respecto al nombre “cebiche” podemos decir que no hay unanimidad de criterios. Algunos sostienen que su origen de debe a los marineros ingleses que bajaban a los puertos peruanos a comer pescado fresco macerado en limón, al cual llamaban en su idioma “sea fish” (pescado del mar). Otros afirman que el término provendría de la palabra “cebo”. Para el doctor Fernando Cabieses la voz se deriva del quechua sipich, que significa “macerado en ácido”.
Tampoco hay unanimidad sobre el origen del cebiche. Bernardo Roca manifiesta que en el Perú prehispanico el pescado se preparaba encurtido en ají y sal y algunas veces se le añadía algas y mote. Para Juan José Vega fueron los moriscos los creadores, al agregarle zumo de naranjas agrias, o de los limones, frutos de origen árabe, al pescado crudo que ya preparaban los hombres prehispanicos. “Sibech” seria el término con el cual denominan a este plato. María Rostworowski refiere que esclavas negras, traídas por Hernando Pizarro en 1535, habrían sido los creadores del cebiche, al añadirle cebolla, ají y cítricos al pescado prehispánico.
Así, pues, todo parece indicar que el cebiche, el plato mas típico del Perú, al igual que mucho de nuestros legados, es producto del aporte de diversas culturas, procedentes del exterior como del interior. Pero, en todo caso, de lo que no tenemos dudas es que el cebiche nació en el Perú. De acuerdo con esta convicción el 17 de abril del 2004 el cebiche fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación por el Instituto Nacional de Cultura.
PELEA DE GALLOS

“Brillaron las cuchillas, miráronse los adversarios, dos gallos de débil contextura, y uno de ellos cantó. Colérico respondió el otro echándose al medio del circo; miráronse fijamente; alargaron los cuellos, erizadas las plumas, y se acometieron. Hubo ruido de alas, plumas que volaron, gritos de la muchedumbre y a los pocos segundos de jadeante lucha, cayó uno de ellos. Su cabecita afilada y roja, besó el suelo, y la voz del juez:
– Ha enterrado el pico, señores!” (Abraham Valdelomar)
Entre las costumbres y tradiciones traídas de Europa por los conquistadores españoles al Nuevo Mundo se encuentra la pelea de gallos. Éstos se importaban de España, Holanda, Bélgica y Francia.
Recién en el siglo XVIII, durante el gobierno del Virrey Amat y Juniet, se comienza a reglamentar y a organizar la pelea de gallos en el Perú, a fin de mantener el orden entre los miembros de las clases populares.
Para los criadores la medida más importante fue la autorización de las “jugadas de Tapada”, es decir, de peleas a navaja. De distintas partes del mundo se traían gallos orientales, de tamaño mucho mayor que el de los gallos españoles, razón por la cual se producían discusiones entre los criadores. Esa medida permitió que se definiera dos tipos de peleas: de “pico y espuela” y de “tapada o navaja”.